Se busca poeta, se busca escritor

Hace ya algunos quince años mi vida dio un giro inesperado: una voz me dijo “levántate y anda… tienes que hacer algo con tu vida”, y de pronto busqué una libreta y una pluma. Lo que sigue es sólo el futuro, que ya está siendo y sucedió. ¿Me explico? No, ahondaré en todo detalle con la finalidad de hacerme entender, usted, tú, interesado lector.

Ahora que has llegado hasta aquí, te pregunto “¿buscas un poeta, escritor o amante de la filosofía?”. No sé qué estés pensando o interrogándote, pero me aventuraré con tres respuestas: “¿qué le pasa a este?”, “¿qué está diciendo, de qué habla?” y, la última, más deseada por mí, “este tal Luis Estrella sí sabe”. Por supuesto, de lo anterior no me he ganado ni una palma.

Sigo con este sueño a modo de comentario. Ya has caminado dos párrafos conmigo y vas en el tercero. En este instante, el poeta Ian Curtis dice:

“I’ve been waiting for a guide to come and take me by the hand,

could these sensations make me feel the pleasures of a normal man?”*

Entonces ahora me pregunto “¿yo busco a un escritor?”. Al responderme no encuentro una palabra que define la sensación de estar en una tierra en donde sólo importa el fútbol, las carnes asadas y la cerveza. Para la gran masa, eso es la cultura regiomontana, pero, amigo lector, eso es el folclor de un territorio.

Es utópico pensar que en un país como el nuestro (México) las personas busquen a poetas y escritores para hacer un trabajo. Desde luego, eso no es algo real; sin embargo, pienso que debe ser de manera inversa: es el escritor y el poeta quienes deben buscar a su público, alentarlo a leer, preguntar qué hace falta en la sociedad para que seamos más productivos y tengamos una mayor tasa de lectura por mes.

Tarea ardua, sí, pero no imposible, porque toda empresa o proyecto requiere de tiempo, inversión y conocimiento. El poeta mismo, el escritor en sí, necesita tiempo para escribir y costearse la aventura de darse a conocer en el mundo literario y no perteneciente a las letras. Es en este sentido que insisto en renovar los odres de antaño (esos viejos postulados en que el escritor es inalcanzable y está encima de todos, viendo el horizonte desde un faro) porque la modernidad obliga a ser así. De lo contrario, el escritor está condenado a la extinción o sólo a refugiarse en una caverna como en el mito platónico. Encuentro una paradoja aquí, pues en teoría el escritor, el poeta, el filósofo y el artista son seres iluminados, pero hoy lo que yo observo es otra situación: opacidad.

Se busca escritor, se busca. Quiero ir por la calle y realmente deseo tener un encuentro real con alguien que se dedique a escribir, a sentir la vida, a buscar aquellas cosas que son tan intangibles y a la vez tan tumefactas. ¿Dónde estás, amigo?, ¿dónde estás? Quizá en el lugar menos esperado te encuentre.

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*Estos versos pertenecen a la canción «Disorder», del disco debut Unknown Pleasures (1979). de la banda británica Joy Division.